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Cuando Samantha Laurent se incorporó a Parques Reunidos como directora ejecutiva de Personas y Organización en febrero de 2024 trajo consigo más de dos décadas de experiencia desarrollando culturas con propósito y desbloqueando el potencial humano. Antes de unirse al grupo global de entretenimiento, pasó 17 años en Unilabs, liderando iniciativas transformadoras que redefinieron la cultura organizativa y el compromiso de la plantilla.
Hoy, “Sammy” guía la estrategia de personas y cultura de Parques Reunidos, promoviendo programas y retiros de liderazgo centrados en la confianza, la vulnerabilidad, la colaboración y la autoconciencia. Su enfoque combina psicología, narrativa y acción, invitando a las personas a conectar profundamente con su propósito y entre sí.
Como coach acreditada, sus iniciativas ayudan a las personas a redescubrir su “por qué”, a construir confianza y a traducir las aspiraciones culturales en resultados tangibles para el negocio.
A continuación, Sammy comparte sus reflexiones sobre la importancia del liderazgo, el poder de la vulnerabilidad y cómo la reflexión impulsa la transformación.
Sammy, desde tu llegada has impulsado una serie de talleres y retiros en Parques Reunidos. ¿Qué te inspiró a poner el foco en ello?
En el centro de toda transformación está la conexión: con uno mismo, con los demás y con el propósito. Cuando llegué a Parques Reunidos, estábamos atravesando un proceso profundo de cambio cultural. Quise ofrecer a nuestros líderes un espacio para detenerse y redescubrir qué es lo que realmente los impulsa, no solo en lo profesional, sino también en lo personal.
Nuestros retiros y talleres están diseñados precisamente para eso. No son sesiones llenas de PowerPoints, sino experiencias humanas donde exploramos la vulnerabilidad, el coraje y el sentido. Comenzamos con historias personales, los momentos que nos marcaron, y a partir de ahí, construimos las bases de una claridad y confianza colectiva.
En estas sesiones, los participantes se reconectan con su esencia y su propósito, un ejercicio profundamente introspectivo que alinea los valores individuales con los objetivos de la organización.
¿Cómo se traduce esto en un mejor desempeño?
Cuando las personas se toman el tiempo para conocerse, lideran con más empatía y sentido. En uno de nuestros talleres, trabajamos tres dimensiones del liderazgo efectivo:
- La vista: claridad de dirección y propósito compartido.
- La tripulación: colaboración y confianza.
- El jinete: responsabilidad personal y mentalidad.
Exploramos el concepto de confianza. Los líderes practicaron la vulnerabilidad, reconociendo dónde encuentran dificultades, dónde necesitan apoyo y cómo pueden fortalecer sus relaciones. Los resultados fueron poderosos: los equipos empezaron a comunicarse de forma más abierta y a reconstruir la seguridad psicológica necesaria para rendir al máximo.
No se trata de “habilidades blandas”. Se trata de crear las condiciones para la innovación, la agilidad y la ejecución. Lo que yo llamo culturas de alto rendimiento basadas en la confianza.
Muchos de tus talleres incorporan ejercicios creativos, desde escritura y narración hasta incluso danza. ¿Por qué este enfoque tan poco convencional?
Porque la cultura no se enseña, se vive. Una gran cultura se traduce en lo que somos en nuestro mejor día.
Usamos el humor y el movimiento físico, incluso un ejercicio inspirado en “Eye of the Tiger” de Rocky, para ayudar a las personas a liberar frustraciones de forma segura y transformarlas en “Mapas de Esperanza”. Estos momentos permiten al equipo liberar tensiones, reír juntos y pasar del cinismo a la acción.
Se trata de encontrarnos con las personas en su estado emocional. Cuando alguien se siente visto y escuchado, se abre al cambio. Y es en ese punto donde la transformación cultural realmente comienza.
¿Qué papel juegan la reflexión y la narración en tu modelo de liderazgo?
Un papel enorme. La reflexión nos da perspectiva; la narración le da significado.
Pido a los líderes que compartan sus historias de vida: qué los marcó, quién los inspiró, qué lecciones llevan consigo. Es extraordinario ver cómo los participantes dejan de verse como cargos y empiezan a verse como personas.
Ese equilibrio entre la introspección y la ambición colectiva crea lo que yo llamo coherencia de liderazgo: la capacidad de alinear la mente, el corazón y las manos.
¿Qué consejo darías a las organizaciones que quieren replantear su enfoque hacia la cultura y el liderazgo?
Que empiecen por crear espacios seguros para la verdad. La gente no se conecta con presentaciones estratégicas; se conecta con el sentido. Con la claridad y el cuidado.
Les diría también que inviertan en experiencias que combinen reflexión, colaboración y propósito. Que inviten a sus líderes a preguntarse no solo qué hacen, sino por qué importa. Que construyan confianza de manera intencional, a través del diálogo abierto, la empatía y la responsabilidad compartida.
Cuando la cultura se convierte en el cimiento, la estrategia puede volar. Los resultados serán más sólidos y sostenibles.
Bajo la guía de Samantha Laurent, Parques Reunidos está redefiniendo el desarrollo de las personas, no como una formalidad corporativa, sino como un viaje profundamente humano.
A través de su enfoque basado en el coaching y de talleres transformadores, está convirtiendo las aspiraciones culturales en acción, ayudando a las personas a crecer juntas con valentía, claridad y empatía.
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